Rainy days

Esperé a que pasaran las lluvias para postear este:
No sé definir bien por qué pero a mí los días lluviosos sí me laten. Aunque prefiero los días soleados por mucho, los días lluviosos son buenos porque:

Puedes encerrarte todo el día en tu cueva sin hablar con nadie, sin ver a nadie, sin hacer nada. Sólo dedicar el día entero a uno mismo.
Hay poca gente en las calles, así que evitas toparte con otros neurasténicos.
Aunque suene a cliché, fumar mientras se ve llover es una buena experiencia.
Lo mismo pasa cuando se ve la lluvia sin mojarse. Aunque reconozco que me da risa ver a la gente que "odia mojarse con la lluvia" cuando a mí me encanta. Pobres, andan en la calle agachados y con el ceño fruncido. Yo camino erguido. Feliz de sentir la frescura en mi rostro. (nota mental: alguien me quedó a deber una lluvia y nunca pagó)
El ambiente en general se refresca. Dan ganas de escuchar musiquita.
Se presta para la melancolía. Los recuerdos y la nostalgia. Pero de manera consciente y por propia voluntad. Así es otro rollo, es muy diferente DECIDIR estar melancólico. Así como es otro boleto decidir estar feliz o de malas.

En fin, salió de nuevo el sol... Creo que voy a escribir algo sobre los días soleados y brillantes... Y lo publico cuando regresen las lluvias.

Rateros

Al pinche ratero que decidió que yo tenía un espejo retrovisor de más y quiso hacerla de Robin Hood conmigo. Le deseo larga vida y prosperidad. Que el espejito le sirva para ver si se le acerca un camión urbano enorme a salpicarlo con agua lodosa. Le deseo de todo corazón que si va a un motelucho de esos que tienen espejos en las paredes y en el techo (me han dicho que existen, no son un mito) se le rompan todos.

Estimado ratero, quiero decirte una sola cosa: Que lo disfrutes, hijito de puta. Ya le puse uno nuevecito, por si necesitas otro, me avisas para estacionar el auto en el mismo lugar.


Nos vemos luego.

Adiós Fernando Gómez A.K.A. "El Fino"

Acabo de recibir la noticia.

Fernándo Gómez ex tecladista de la banda con la que empecé a clavarme en el rollo de la música, acaba de fallecer.

acá les cuento el origen de la banda:

http://sivoli.blogspot.com/2008/06/sabor-tequila.html

y acá algunas de las aventuras que me tocó vivir con él:

http://sivoli.blogspot.com/2005/09/aventuras-en-el-ritmo-i.html

http://sivoli.blogspot.com/2005/09/aventuras-en-el-ritmo-ii.html

http://sivoli.blogspot.com/2005/10/aventuras-en-el-ritmo-iii_01.html





No se me ocurre nada más que decir. Sólo gracias Fer, amigo. Gracias por toda la Música. La neta es que no te has ido. Aquí sigues míster.

Post "Hostil"

Ayer puse algunos puntos sobre algunas íes. Aclarar ideas, definir conceptos fijar límites y explicar situaciones. Y es que es curioso ver como una relación que en un principio fue bastante buena se puede deteriorar hasta que al final te das cuenta de que te encuentras frente a alguien prácticamente desconocido.

Por naturaleza las mujeres son complicadas, lo sé... Pero nunca dejaré de decir que esa cualidad de las féminas (su complejidad) es exquisita si se compensa con "otras" características... que lo digan (si quieren) quienes tienen una relación de pareja con alguien. Y que lo reafirmen (o no) aquellos que han logrado hacer que sus relaciones prosperen a través del tiempo. La tolerancia hacia los defectos de esa otra persona se alimenta por el disfrute de sus virtudes y de su personalidad.

Cuando entablamos una relación (del tipo que sea) con otra persona pasa poco tiempo para que nos hagamos una idea bastante completa de ella, que de alguna manera la ubiquemos dentro de nuestros esquemas, el chiste es poder llegar a comprenderla o aprender de la experiencia. Lo malo es cuando nos hacemos ciertas ideas y nos formamos expectativas, porque, queridos tres lectores, no nos hagamos tarugos... es imposible que las cumplan una tras una. Eso no existe. De existir sería de locos. Así que no lo hagan.

Lo curioso del asunto es que, tras el conflicto, la otra persona me pregunta "qué fue lo que pasó" y lo más curioso es que no hubo rencor ni revancha.

Sólo el comentario. Pero, oh! extraños designios del universo que no permiten escuchar con calma las opiniones ajenas, y que anteponen la autoestima exacerbada por encima de la humilde opinión!


O lo que es más sencillo:


¿Pá que preguntan?

La Fábula del Lobo y Venus

Una noche el lobo dejó de aullarle a la luna. Le llamó la atención otro pequeño brillo en el cielo: Venus.
La siguió durante noches enteras. Y se desentendió de la luna por completo. Los demás lobos no lo comprendían y le llamaban loco. Al final se quedó solo persiguiendo a la brillante estrella. Un día no la encontró en el lugar del cielo donde siempre estaba y empezó a preocuparse y a ponerse triste porque pensó que jamás la vería de nuevo. La encontró por la mañana, radiante, allá en lo alto y entonces decidió seguirla por las mañanas y dedicó las noches a dormir: Dejó de ser un lobo nocturno. El lobo se dio cuenta de que a la dichosa estrella le daba lo mismo aparecer por las mañanas o brillar durante las noches. A veces se escondía. Y era inalcanzable. Para ese entonces el lobo ya estaba flaco y hambriento.
Pensó el lobo que no quería desperdiciar sus mejores años siguiendo a alguien tan voluble, así que volvió con su jauría y al paso de los años se le volvió a ver aullando a la Luna, que lo acompañó durante todas las noches.