martes, junio 15, 2010

Plumas
















Aquí tenemos al pequeño y mítico colibrí, chupamirto, chuparrosa, pajarillo del amor, de cualquier manera que ustedes, mis queridos tres lectorcitos, le quieran llamar...

¿Qué hace el bicho éste en la mano de Hilario Irwin el Cazador de Colibríes? pues resulta que se cayó de su nido y este compa de inmediato se aplicó a enseñarle mediante mímica como volar. Batallamos un buen rato en lograr que entendiera que las ramitas donde andaban los padres desnaturalizados de esta especie no lo iban a soportar.

El pajarillo se quedaba quieto. Después descubrimos que lo que tenía era hambre. Pero mientras intentamos varias cosas: Yo de inmediato fui a la tienda de la esquina a pedir un "Kalimán" pero cuando regresé con la torta de cueritos me dí cuenta que el avecilla no iba a comer eso. Probamos con Sabritas, incluso el bicho muy digno se resistió a probar un delicioso Chocotorro.





Al final supimos que si le dábamos una mezcla de agua con azúcar el animalillo iba a poder llenar la panza. Espero no le haya dado el patatús.

De todas formas fue chido ver uno así de cerquita.


Ah! y las lecciones del Cazador de Colibríes funcionaron. Al final, voló hasta una ramita y ahí esperó a sus padres. La ramita sí lo aguantó a él.

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