Es curioso, me han preguntado por correo, por twitter y facebook que les aclare por qué ya no escribo aquí con la frecuencia de antes, que si mi blog se va a morir, que si me hice twittero, instagramero, facebookero, tumblrero, etc.
No.
Ni los blogs, ni mi blog han fallecido. Mucha gente piensa que la blogósfera es un cuerpo decadente que debería ser revivido por los antiguos espíritus, o que es mejor que le digamos adiós y lo coloquemos en la repisa del recuerdo y la egoteca, y simplemente no es así.
Pasa que los blogueros que ya tenemos un tiempecito viviendo en estas cañerías ocupamos otras plataformas para describir la inmediatez de los sucesos: para el botepronto y el comentario ácido que nos ocupa en ese momento y en esa circunstancia. Twitter sin duda ha provocado que en menos de 140 caracteres digamos mucho (o poco, y casi siempre algo muy pendejo) acerca de lo que nos mueve en ese momento y dejemos blogger para los posts más extensos. Es mucho más dinámico, pues. Facebook nos ha conducido a opinar acerca de asuntos que la mayoría de las veces son «más superficiales» y dejamos nuestra querida plataforma de blogger para esos posts en los que nos hemos vuelto más autobiográficos.
Este remedo de blog fue inaugurado el martes 9 de agosto de 2005 con este malísimo post. Y siete años de teclear aquí mis necedades no son muchos, pero tampoco son pocos. He ocupado un tiempo en releer algunos de mis posts y esa sonrisa sarcástica ha vuelto a mis labios, de igual manera algunos recuerdos que había metido en frascos con etiquetas y colocado en anaqueles que empiezan a guardar polvo (¡ahijoesú! sonó chida esa frase) han aflorado para recordarme la manera de escribir que tenía entonces y me permite compararla con la actual.
Y no soy tan sentimental como para hacerle una fiestecita a mi blog por su próximo cumpleaños, además que si consideramos que artistas como Enanitos Verdes alegan que sumar tiempo no es sumar amor, y que no soy un autor tan prolífico (359 entradas namás, en promedio una por semana en siete años) como otros a quienes sigo, me da gusto ver que continuamos aquí y también ustedes, mis queridos tres lectorcitos.
Gracias a Blogger he conocido a muchos que, como yo, escriben por la misma razón: No hacerlo sería suicida. Por eso los posts con cuentitos son de los más entrañables por mí.
Así, que, queridos amiguitos, les doy las gracias por seguir leyendo estas necedades y les iré posteando algunas de mis entradas favoritas. Nomás por el placer de releernos mutuamente. Espero y aún les gusten: no las he editado, no tienen modificaciones, aunque algunas me hubiera gustado volver a escribirlas, sobre todo después de notar la manera en que redactaba hace siete años (algunos me dirán que sigo haciéndolo igual de espantoso, pero ¡qué le vamos a hacer!)
Empiezo con este, por la sencilla razón que me da el mes de julio (que estamos cursando) y porque algunas de las respuestas que recibí (en este mismo blog y otras por correo) me hicieron reír a carcajadas:
Chinga tu madre Comercial Mexicana
Ojalá se diviertan tanto como yo.
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