martes, marzo 20, 2012

Fallas

No sé por qué, pero mi blog está impidiéndome el acceso para postear. Y acceder desde mi iphone es de flojerita. Tan pronto averigüe lo que pasa nos veremos por aquí.

jueves, marzo 08, 2012

Mujeres

No voy a escribir un post para felicitar a las mujeres: ya se terminó su día y con todos los comentarios del día de hoy, felicitaciones y buenos deseos creo que han tenido un buen día. Ya estuvo.

Lo que sí pienso es que muchas mujeres se azotan grueso porque, por alguna extraña alineación de planetas sienten que nosotros los verdaderos machos alfa debemos rendirles pleitesía sin límites y entonces se esfuerzan por evidenciar su condición ante nosotros. Frágiles y delicadas mujeres, Puf.

Flojera.

Por si no lo sabían, la mayoría de los hombres las queremos por lo que son, por su simple condición natural, sin que tengan que caer en estos clichés:

1. «¡Ayyy, soy mujer, déjenme el paso cuando voy "manejando", maquillándome, arreglándome ese chinito rebelde de la frente y exprimiéndome la caraaaa!»
2. «Podrías decir que soy hermosa, si en verdad me quieres»
3. Puedo hacer todo lo que hacen los hombres y hasta mejor que ellos, pero mi condición de mujersh me lo impide, soy desvalida»
4. «Soy bien linda, tanto que que me siento una princess...! por cierto, ¿podrías abrirme la puerta, ayudarme a levantarme de la silla, protegerme de la horda de orcos que me acecha en la calle, cantarme algo bonito, pedir lo que voy a cenar por mí y explicarme los misterios del mundo de los hombreeeess??»

No, no, no, NO.

Mujeres, no es necesario que hagan eso para hacerse notar. Es como echarse confetti uno solo por haber hecho bien lo que debe de hacer a diario.

Como escuché una vez por ahí en la calle, palabras sabias: «Sin afán de molestar, SOMOS DIFERENTES» Y aunque muchas de ustedes han conocido una laarga fila de zopencos a lo largo de su vida, no quiere decir que no nos demos cuenta de que son diferentes y especiales.

Adorablemente diferentes, diría yo.

Feliz día. El día internacional del hombre es el 19 de noviembre, by the way.

lunes, marzo 05, 2012

Ascensión

El vampiro cedió cortésmente el paso a la chica haciéndose a un lado de la puerta. No era la primera vez que invitaba a alguien a sus aposentos: aroma de incienso (para disfrazar el nauseabundo olor de su guarida) Y primero la cena para ella (él no cenaba casi nada, sólo degustaba el vino) después algo de música… luces bajas y dar paso a la mirada dominadora que nunca fallaba. Las notas de Miles Davis flotaban lentamente entre ambos. Una puesta en escena que conocía bastante bien.

Más tarde cenaría él.

Sin embargo, esa noche la mirada provino de los ojos de ella. Gabriel supo por primera vez lo que era sentirse subyugado. El abismo profundo de sus negros ojos lo hechizaba… ¿cómo decirlo?  ¿Delicadamente?

No: irremisiblemente.

Todavía pudo recordar la vieja leyenda: «Hasta que un par de ojos lancen el embrujo que lo habrá de redimir… tendrá que escoger entre la vida eterna y la muerte pequeña de cada noche…»

Olvidó todas sus blasfemias, todos sus engaños, toda la voracidad de su antiguo ser, y de la misma manera olvidó incluso su primitivo nombre: ya no era de él. Ya no sería nunca él mismo: era de ella. Y al mismo tiempo era ella. Nunca se imaginó que ese momento llegaría de verdad a su muerta vida.

Cerró sus propios ojos, avergonzado por sus funestas intenciones. Una sonrisa inefable asomó en sus labios como no lo había hecho desde hace más de trescientos años. ¡Tantas vidas acumuladas para ahora enfrentar, sin defensa alguna ese momento inmaculado! Por fin había llegado sin merecerla, entregándole sin cortapisas un amor inexplorado: una pasión nunca antes conocida: un desborde de perfección…

Y minutos más tarde, cuando entre las piernas de ella se adentraba al paroxismo jamás alcanzado antes, la amó con locura. De igual forma amó el trozo de madera que suavemente entró en su pecho y que habría de servir de cuña para abrir la puerta a la luminosidad eterna.