Esta semana ha estado llena de contrastes. Por un lado, se presentaron oportunidades de chamba y viajecitos que siempre caen muy bien, y por otro, recibo una llamada para enterarme de que le han quitado el trabajo a alguien con quien compartí aventuras muchos años. Ahora está de frente a una nueva oportunidad de desarrollo, eso lo tengo claro, pero mientras encuentra de nuevo el camino tendrá que esforzarse por no perder la calma y salir adelante. A fin de cuentas, el cambio le hará bien, espero. Lo que no se vale es la manera en que de pronto le llegó la notificación.
Me llegó la nueva de que tal vez pueda por fin cambiar de casa. Establecerme en otro lugar. Pero eso no lo contaré aquí hasta que no sea un hecho. Son muchas noticias en tan pocos días…
Y para acabarla de amolar hoy me entero de que ha fallecido la novia de un amigo a quien aprecio mucho y que recién empezaba a rehacer su vida sentimental con ella. Se marchó de improviso, sin preparar a nadie para su partida. ¿Qué se le puede decir a alguien que de pronto se ve inmerso en ese espantoso trance? Hace unos días estaban tecleándose arrumacos delante de todos y ahora me quedé helado al ver su mensaje en FB: "No puedo creer que ya no estarás conmigo»
Sin querer de pronto me encontré stalkeando el face de Fernando "El Fino" que falleció hace más de dos años. El perfil de FB sigue ahí, como una lápida versión 2.0. Aún le llegan mensjes de sus amigos, de sus familiares y gente que lo conocía y lo quería. Le mandan saludos, le dicen que lo soñaron, le anuncian la llegada de «un nuevo sobrino» y le desean que se encuentre mejor donde quiera que esté.
Y ahora esta chica, que nunca conocí, pero que le dio otra oportunidad de querer y ser querido a mi compa.
Es muy triste. En verdad nadie tenemos la vida comprada. Hace poco fue el cumpleaños de mi chavo y yo andaba en la carretera de viaje, sin embargo tuve chance días antes de salir de invitarlo a comer y pasar un buen rato juntos. Hoy pienso que lo extraño mucho y lo quiero más de lo que en realidad le demuestro. Todavía recuerdo con claridad muchos episodios de su infancia y pienso atesorarlos en vida, demostrárselo en vida. Igual a mi chavita, que cada día crece más. A ambos los quiero más de lo que se imaginan.
Odio cuando la vida da esos reveses. Me dan miedo.
En fin, tengo que descansar un momento, porque mañana, (y eso no es novedad) hay que salir como cada día a trabajar.
Oscar… Mariana… los quiero mucho.
Con todo mi corazón.
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