Esta vez fue culpa del Huevo.
Porque tuvo la ocurrencia de publicar un post con letras de canciones que o bien ya no recordaba o bien las escuché el fin de semana pasado. Accidentes. Curiosos accidentes.
¿Hace cuanto tiempo? ¿Cuántos años han pasado ya?
Las promesas que uno hace a esa edad rayan en lo cursi, en lo irreal o en lo irrazonable. En lo ideal. Muchas de esas promesas se pierden, se abandonan por no ser prácticas, se olvidan, cambian o simplemente se desvanecen ante nuevas apariciones. Se supone que son para siempre, pero...
Es curioso como hay canciones que lo acompañan a uno cuando cosas importantes pasan en la vida, ¿no? y con el paso de los años los sucesos se decoloran, se hacen distantes, tal parece que le sucedieron a alguien más, que se fueron corriendo sin avisar, sin dejar rastro: Un beso. Un abrazo. Un instante a solas. El ambiente cargado de electricidad. Temor. Calor. Una sensación de incertidumbre aplastante. Felicidad. Nerviosismo. Y de pronto está esta canción que rodea todo. Que ayuda a expresar mejor lo que se siente.
Un beso.
Y la música sonando en el fondo. Como dicen por ahí, recuerdos sonoros.
I'm sorry, but I'm just thinking of the right words to say
I know they don't sound the way I planned them to be
But if you wait around a while, I'll make you fall for me,
I promise, I promise you I will.
.
La vida sigue.
A veces aparece una de esas viejas canciones. Salta de pronto sin previo aviso. Y es un momento tan íntimo con uno mismo que también se convierte en un alivio saber que esa rola significa sólo para uno y tal vez para otra persona, pero nada más.
Y también es un alivio cuando termina. Porque pertenece a otra época. A otra vida. Y ya lo dije antes, la vida sigue.
Yo sigo con la mía.
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