Hoy en la mañana, al llegar a mi oficina, y mientras sujetaba con una mano mi almuerzo, mi agenda, una botella de agua y mi compu tuve una revelación que sin duda ha de cambiar mi existencia... y por qué no? tal vez también la de mis tres queridos lectores.
Vamos, a todo mundo nos ha pasado... llega en el momento menos esperado. Le pasó a Arquímedes cuando se tallaba la espalda y hacía un regadero de agua por todos lados fuera de la bañera.
Poco me faltó para salir corriendo por las calles gritando Eureka! (lo encontré!). Mi revelación fue tan clara y simple que precisamente eso la hace demoledora:
En el viejo anuncio de Harmon Hall, donde se ve la gente en el cine, recrean el momento en que, según se va dando el diálogo (en inglés) toooda la sala se ríe al mismo tiempo, menos un pobre güey que tiene que leer los subtítulos en español, para reírse instantes después de que lo hacen los demás que sí saben inglés...
¿Lo recuerdan?
Ese anuncio está mal.
Porque los subtítulos en español casi siempre aparecen en la pantalla ANTES de que los actores pronuncien el diálogo.
Lo sé, lo sé... realmente se ve la vida de otra manera una vez que lo descubres.
De nada.
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