Hace tiempo la conocí. Después de empezar a conocerla bien lo decidí... La invité... y ¿qué creen? Aceptó la invitación.
Vino, se instaló, al paso de los días puso las cosas de cabeza, luego las sacudió desde abajo, para acomodarlas de otra manera. Aunque le gustó como tenía yo algunas cosas acomodadas, vaya que sugirió algunos cambios. Otros de plano los hizo ella. No tiene miedo. Se arremanga las manos y se pone a diseñar, a modificar. Me gusta verla cuando los hace casi la mayor parte del tiempo. No se da cuenta de que la observo. De pronto se aparta y ve desde cierta distancia la escena. Le gusta, pero aún se la pasa retocando, poniendo poquito aquí, quitando algo allá...
Tiene buen gusto, eso lo reconozco. (Y eso que es exótica) Aunque a veces veo los cambios que hace y me sorprenden. Algunos me sacan de onda, porque (hay que decirlo) como que no estoy muy acostumbrado a sus ideas. Son diferentes a las mías, pero eso precisamente es lo que hace interesante esto. Todos los días.
¡Noo, mi niño! ¡no seas naquitooo! ¡Ashh!
Jajajajajaja. Sabe que lo hago a propósito para desesperarla...
Me encanta como es, porque aunque es muy fuerte se viste de fragilidad. Aunque es como una niña casi siempre resulta más madura que yo en muchos aspectos.
Hace casi un año la invité y aceptó venir. No lo creíamos posible. Desde entonces ha hecho muchos cambios aquí. Y creo que ella se ha dado cuenta de que también los ha habido en su vida. Algunas cosas han cambiado, algunas no, y otras que no conozco habrán de llegar a su debido tiempo.
Yo también he tenido que ver. Aunque falta bastante por hacer en general me gusta como vamos arreglando todo.
Hass, te amo.
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