¿Qué tal mis queridos tres lectorcitos? ¿Aún por aquí? ¡Muy bien! pásenle...
Ya les había dicho en un
post anterior que por andar de musiquete es que uno se pierde de varias cosillas buenas de la vida.
Bueno, pues este 14 de febrero no iré a tocar.
Vaya, de pronto me ha costado bastante andar en este rollo, a veces las desveladas son mortales, a veces no se gana mucho. A veces si funciona el cobro doble o triple.
A veces uno valora la lana que puede ganar como para decidir que no importa lo que saque en una fecha así. Prefiero hacer como que tengo vida normal y salir, pasear, tal vez tomar algo... como haría cualquiera de ustedes, mis estimados tres lectores. Como haría cualquiera.
- Antes, el 14 de febrero era una fecha de trabajo. O sea, es chida, pero la mayor parte de las veces me la pasaba chambeando. Divirtiendo a los demás. Echándole la mano a alguien para convencer a su fulanita. Le he hecho la noche a varias parejas. Es cuestión de echar ojo y ver que están dos tórtolos de melosos para escoger rolitas más pegadoras.
- Mi récord personal de "llevar serenatas" en una sola noche fue de ¡40! (aprox) Y neta, no quieren saber los detalles, pero empezamos muy, muy temprano, tocábamos sólo 3 canciones a la carrera y nos despedíamos casi casi en fuga, planeamos todo desde temprano, hicimos rutas en un mapa y terminamos a eso de la 1 de la tarde del siguiente día.
- Sólo una vez me amenazaron con una pistola en una serenata. El papá de la escuincla a la que le llevamos musiquita al parecer quería casarse con ella y formar un Harem junto con su esposa y sus otras dos hijas. Nos volteamos a la casa de al lado y el güey nos gritó: "Ahí no vive nadie, no se hagan pendejos".
- Sólo una vez me he equivocado de dirección al llevar una serenata. La vieja conchuda nos metió a su sala a tocar dentro de la casa y fascinada se esperó hasta que terminamos de tocar para después decirnos que la tipa que se llamaba Laura era la que vivía al lado. Lo bueno fue que nos invitó un par de tragos. Pinche gorrona.
- He estado presente en, al menos unas 7 u 8 entregas de anillos de compromiso. Desde las más cursis, hasta las más originales. Tal vez en otro post describa algunas y les de buenas ideas. En ninguna de estas solicitudes de mano le han dicho que no al güey. Y he ido a tocar a 4 bodas derivadas de este acto de suicidio. Ya se imaginarán por qué.
¿No?
Pues por la sencilla razón de que los próximos esposos quieren escuchar "su canción". Esa que tocamos cuando le pidió que se casaran.
¡Snif..!
(pequeña pausa para que vayan por un pañuelo)- En más de alguna serenata se asomó la escuincla a decirle al pobre iluso que ni soñara, que no lo perdonaría y que era mejor que nos fuéramos. Al día siguiente le regresaría sus cosas.
Por supuesto, eso lo decía al terminar la serenata. No antes.
Actualmente no llevo serenatas.
Es una idea mía, o más bien varias. Tengo mis razones.
Tendría que ser una ocasión muy, muy especial. Algo que me convenza de volverlo a hacer.
Esta vez no llevo serenatas tampoco, pero si voy a salir. Hice reservaciones. No me costó mucho trabajo decidir entre la chamba y la vida íntima. Como en otras ocasiones.
En el bar sí hubo bronca. Pero esperemos no pase a mayores.